Células Madre y su uso. Parte 1

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La mayor parte de las células que componen nuestros tejidos  son células diferenciadas, es decir, células que se han especializado  en una función específica. Desde etapas embrionarias van modificándose hasta conseguir lo que se denomina la diferenciación, y convertirse en células que denominamos maduras; cuando lo consiguen, cuando “están maduras”,  no pueden modificarse, adaptarse para desempeñar otras funciones.

QUE PODRÍAMOS CONSIDERAR COMO CÉLULAS MADRE?

Como lo indica su nombre, son células que dan origen a otras, son células  denominadas por los biólogos como  progenitoras,  que tienen la capacidad de multiplicarse primero que todo, luego, renovarse, de regenerar uno o más tipos celulares diferenciados o, reemplazar otras células, hasta a las  sanguíneas. En documentos especializados y en artículos de investigación se les denomina  «células troncales».

Estas células troncales, al igual que un tallo, como tal vez lo indica su nombre, mantienen un estado indiferenciado, y poseen todavía  la capacidad de mantener su especie, de multiplicar, autorrenovarse por medio de divisiones mitóticas  y dan lugar  a nuevas células madre, y pueden también activar aquellos cromosomas que en otras charlas hemos denominado inactivo, bien sea por medios de autorregulación, o por medio de sustancias que conocemos como Transcriptoras, seguir la determinación que tenían programada en sus cromosomas y, en función de la toti , multipotencialidad, que tiene,  diferenciarse hasta dar origen a  nuevos tipos de células o tejidos   funcionales y plenamente diferenciados.

De esta forma, las células madre pueden, teóricamente, multiplicarse y diferenciarse de manera ilimitada y, de esta forma, reemplazar de manera sistemática, programada  y continuamente todas las células a medida que envejecen y mueren.
La mayoría, por no decir todos  los tejidos de un individuo adulto, además de, células maduras,  poseen una población específica propia de células madre, células totipotenciales, indiferenciadas, que permiten su renovación periódica o su regeneración cuando se produce algún daño tisular.

Varios ejemplos de ello podrían ser: cuando somos sometidos a una operación, nos suturan y luego se puede apreciar en nuestra piel la forma en la cual se ha regenerado el tejido; en la parte profunda de la dermis aún conservamos un conjunto de células totipotenciales, las células mesenquimales indiferenciadas, que son las que procederán a la reparación-regeneración tisular; o en el caso que nos fracturamos un hueso largo por ejemplo.

En la parte del denominado periostio, y endostio,  se mantienen células  mesenquimales indiferenciadas que podrán multiplicarse y algunas de ellas transformarse en células formadoras de hueso. Si además de esto hay un tratamiento médico adecuado, normalmente se debe reponer el material perdido y restablecer la estructura ósea que fue lesionada. Además, en el mismo hueso largo, en la región medular existen células madre que dan origen a las células sanguíneas.

También encontramos células madre en el tejido adiposo;  en el exterior, periferia de los músculos esqueléticos se ha hallado una estructura celular que se ha denominado pericitos, de la que se ha descubierto  incide  en la regeneración  muscular, cosa que anteriormente pensábamos que no se podría regenerar.

Bueno, ya hemos mencionado como células madre a las células mesenquimales; algunas células madre adultas, es decir mesenquimales,  son capaces de diferenciarse en más de un tipo celular como las células madre mesenquimales , las que dentro de nuestro curso de embriología, hemos estudiado cómo en la tercera semana de desarrollo embrionario ya empiezan a diferenciarse en tejido muscular,  o en  conectivos como hueso, adiposo, o en vasos sanguíneos y sangre,  y las células madre hematopoyéticas, que dan lugar a toda la diversidad de células  sanguíneas y del sistema inmunológico;  mientras que otras son precursoras únicamente de las células del tejido en el que se encuentran, como las células madre de la piel o las células madre gonadales ,que estudiaremos como células germinativas primordiales (CGP).

Es común que en documentos especializados se las denomine stem cells, en inglés, donde stem significa tronco, traduciéndose más a menudo como «células troncales».

Estas células madre, capaces de mantenerse a sí mismas y de engendrar células hijas con capacidad de madurar y convertirse en cualquier tejido un órgano, son las que en planos de investigación aún,  se utilizan para efectuar trasplantes  de médula ósea.

Así también, muchas investigaciones se están llevando a cabo para ver el papel real de las células madre, desmitificarlas y quitarles el aspecto comercial que aparentemente  se les quiere dar y que ha sido bastante discutido  por la Doctora  Natalia López Moratalla persona que ha efectuado un sinnúmero de investigaciones y publicado escrito sobre el tema, es escéptica acerca del uso de las células madre que provengan del feto y dice:

Las conclusiones son claras y aclaran muchos aspectos controvertidos.

1)   Las promesas de uso de las células madre de origen embrionario en terapias regenerativas han fracasado. La idea de su potencial futuro para solucionar graves enfermedades se ha mantenido sobre la base de una remota posibilidad de obtener células de tipo embrionario con la dotación genética del paciente, mediante transferencia nuclear. La clonación animal también ha resultado ineficaz y con ello se veía fracasar la clonación humana con fines terapéuticos.

2) Otros , muchos investigadores están tratando sobre el tema, veamos algunos aspectos del mismo:

Científicos españoles han estado haciendo innumerables trabajos de investigación acerca de las células madre, uno de ellos, investigación realizada por el grupo de Medicina Regenerativa del Instituto de Investigación del Hospital 12 de Octubre de Madrid, en España, demostró que utilizando células madre adultas de placenta,  se pueden obtener -mediante un proceso de transformación- células del hígado, posibilitándose así la regeneración de este órgano cuando se encuentra lesionado.

Los investigadores sostienen  que las células madre mesenquimales de placenta -que dan lugar a diferentes tipos de tejido- pueden llegar a transformarse en hepatocitos (nombre que reciben las células del hígado), aunque en determinadas condiciones.

Sin embargo, ante los hallazgos hechos, el l Dr. Guillermo Daniel Mazzolini Rizzo, médico del staff de Hepatología y Trasplante Hepático e integrante de la Unidad de Investigación Clínica del Hospital Universitario Austral (HUA) afirmó: “Lo que se está realizando es la generación de un tipo de células parecidas a los hepatocitos, que tienen la capacidad de producir ciertas proteínas como la albúmina.

No obstante, hay que aclarar que éstas no pueden regenerar el órgano, pese a que de por si el hígado posee una increíble capacidad de regeneración.

Continúa diciendo el Dr Guillermo Mazzolini Rizzo : “por el momento no existe suficiente evidencia científica como para pensar que será posible en un futuro cercano emplear células madre para la regeneración del hígado”.

 

M.S. ORLANDO DÁVILA BOLÍVAR